El cruce de cuartos de final de la Copa Argentina entre Racing y River se presenta como mucho más que un partido: es un choque de narrativas, una batalla de paternidades históricas contra místicas presentes y el escenario de un drama personal de traición y morbo. La «Academia», amparado en un historial que lo agiganta en los duelos de eliminación directa, buscará frenar a un River que, sin brillar, avanza con una resiliencia que trae al presente el recuerdo de equipos legendarios.
Según supo Noticias Argentinas, la reciente y sufrida clasificación del equipo de Marcelo Gallardo ante Unión de Santa Fe desde los doce pasos terminó de forjar una identidad que muchos ya comparan con la del histórico Boca de Carlos Bianchi. Aquel equipo Xeneize no solo ganaba tandas de penales, sino que construyó una era de dominio continental basada en esa fortaleza mental, capaz de frustrar a rivales con mejor juego y levantar trofeos imponiéndose desde el punto penal, una mística que este River parece empezar a encarnar.
Frente a esa fortaleza anímica, Racing opone la contundencia de la historia. El historial general de los «mano a mano» por copas es un territorio donde la «Academia» ha sabido imponer una paternidad clara y dolorosa para su rival.
Como si la tensión histórica no fuera suficiente, el partido estará atravesado por el regreso de Maximiliano Salas para enfrentar por primera vez al club que lo vio brillar. Su conflictiva salida de Racing se convirtió en una novela. Tras la obtención de la Copa Sudamericana a fines de 2024, el delantero pidió un aumento salarial que se estancó con el cambio de dirigencia y el arribo de Diego Milito a la presidencia.
Aunque Racing le ofreció un nuevo contrato y había un acuerdo de palabra, un llamado del propio Marcelo Gallardo hizo que Salas cambiara de opinión. El delantero comunicó que haría uso de su cláusula de rescisión de ocho millones de euros, desatando la furia de los hinchas que pasaron de idolatrarlo a considerarlo un «traidor». La herida se profundizó cuando Milito se mostró «decepcionado» y acusó a River de romper un «pacto de caballeros» entre los clubes. La polémica incluso dividió al plantel de Racing, con jugadores como Bruno Zuculini agradeciéndole y otros como Adrián «Maravilla» Martínez mostrando su descontento en redes.
Con este cóctel de historia, paternidad, mística y traición, el duelo por la Copa Argentina se perfila como uno de los partidos más cargados y esperados del año.

